lunes, 11 de mayo de 2015

ESTA NOCHE, AMOR


No deseo despertarte, amor,
ahora que has soltado los nudos 
de las rutinas y los quehaceres
y deambulas por las colinas 
donde nacen los sueños serenos.

En esta claridad nocturna
que asoma por la ventana,
por sobre el canto del grillo,
escucho tu respiración…
¡Allá va una estrella fugaz!

Aleja, madre, angustias,
las hornillas están apagadas,
tus hijos ya están en sus casas
y tus ángeles y tus santos 
vigilan cada portón.

¡Morfeo, libera las marras!
¡Pronto, iza las velas!
Toma, querida, el timón,
vete a pescar utopías
a ese lado de la frontera.

Bajo el mirar de la luna,
la misma que oyó tus quimeras,
entre júbilos y congojas, 
a mí me da por buscar
la alforja de los recuerdos.

Y modula tu voz cantarina
a Marini y a Depiní,
tarareas a Los Churumbeles,
un bolero del Trío Los Panchos,
mientras cuelas un rico café.

Entonces, mido la vida,
siento que se estrechan los cercos,
que se abren, al fondo, las puertas
y que se lanza, así, de repente,
una de las dos, a volar.

Por eso, esta noche, he pedido,
a esa estrella fugaz,
que extienda los hilos del tiempo
para que el resto de mis mañanas
tú despiertes y, yo, te oiga cantar.




Olga Cortez Barbera

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